¿Qué son las cosas particulares y sucesivas en el tiempo?
El mundo sensible es producto de una emanación por etapas desde una trascendencia llamada simplemente UNO.
- "Todos los entes devienen su existencia por lo Uno. La unidad es la premisa del ser".
Plotino ve en lo Uno la fuente del Ser de cada una de las cosas.
El Uno Primordial, o la ENERGÍA PRIMORDIAL, esta presente en todo lo que es. Esta es la primera hipóstasis.
La segunda hipóstasis es la Mente Cósmica, el pensamiento que se piensa a si mismo, en el que no hay división entre sujeto y objeto: un pensamiento que mantiene la Unidad, pero que es también residencia de las Ideas particulares.
La inteligencia Universal no evoluciona ni se modifica, pero representa un descenso respecto a la Energía Pura y sin propósito.
El otro peldaño es el Alma, que decae de las hipóstasis superiores por un "orgullo" o "atrevimiento", queriendo entender el mundo y hacer, construir, cocrear, pero es capaz de retornar al seno paterno a través de la contemplación.
Esta ambición es la fuente del movimiento, que, cuando se asoma hacia abajo, se llama Naturaleza.
El contenido fundamental de la filosofía de Plotino lo constituye una poderosa dialéctica de las tres hipóstasis fundamentales y de su encarnación en el Cosmos Material Sensible; este Cosmos "es animado por un alma en permanente movimiento, diseñado en forma de una finísima construcción mental y entendido como un todo único e indivisible" (Losev). Las hipóstasis, por consiguiente, no existen per se, sino como principios constitutivos del Cosmos.
Como describe plásticamente Alfonso Reyes: "Al centro, una llama quieta y blanca, cegadora, tan ardiente que los ojos mismos de la Razón no pueden resistirla; en torno, dos círculos concéntricos que ostentan los tintes del arco iris: el interior, inmóvil; el exterior, girando en cambiantes destellos de pensamientos y de vida.
Plotino construye un universo estático. Todo nivel inferior es eternamente emanado del superior, el cual permanece entero e invariable, pues no pierde nada. Lo Uno eternamente brilla en su hermosura del Bien, es eternamente bella la Mente en su autocontemplación, eternamente el Alma se encamina a lo Uno y se vuelve al Cosmos que creo. Este Cosmos gira eternamente en círculos, y en su sección sublunar eternamente se alternan las génesis y las muertes. Es eterna la destrucción mutua de los animales y de las personas. Pero todo es una puesta en escena, un performance. Nuestra alma tiene a su lado su verdadera Patria, pues lo Uno esta en todo, y ese es el recurso de la salvación.
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