jueves, 5 de septiembre de 2013

Estar vivo es manifestarse

Johann Gottlieb Fichte
(1762-1814). Fichte parte de la intuición trascendental de un yo absoluto. Este será para él la realidad primera, absoluta, que se crea y explica por sí misma.
La esencia de este Yo Absoluto es la actividad. Actuando, crea el YO, una sensación espiritual ajena a la realidad material, el No-Yo.
Crear la sensación del Espíritu es una tarea ciclópea que lleva adelante toda la Humanidad, a través de la historia y del sentido.

La Humanidad se inventó el Alma, para darle una explicación a esa sensación de espíritu que ha construido, pero en esencia no existe alma, ni inmortalidad, sino solo la vida.

Pero, ¿en qué consiste la vida a nivel humano? En la manifestación permanente y  resonante de la autoconciencia, de la subjetividad, de las ideas, sentimientos, opiniones y sensaciones por las cuales el yo se distingue de todo lo otro, el no-yo.

El grito, la protesta, la música, la pintura, los movimientos y movilizaciones son la actividad de manifestación y exteriorización de esa vida. Solo lo que está muerto es inactivo e incapaz de manifestación.

Para Fichte “la verdadera realidad, lejos de ser sustancia, es Tathandlung, que significa actividad, agilidad, hazaña. La realidad pierde su carácter sustancial y se convierte en puro dinamismo”


No hay comentarios:

Publicar un comentario